Los de Google se pasaron de la línea de la ética y ahora han decidido de manera unilateral "fusionar" dos servicios que tienen poco en común, YouTube, el portal de videos que todo el mundo conoce y utiliza, y su fracasadísima red social Google+, la cuál no ha podido siquiera plantar batalla a la plataforma Facebook en número de usuarios.
Creo que algunos ya habrán leído, o notado (quizá muchos ni lo notaron) que Google pide cambiar tu nombre de usuario en YouTube a un nombre real, y no solo eso, sin autorización crean perfiles de G+ falsos, obligandote a formar parte del servicio aún y cuando tu no lo hayas elegido.
Vayamos por partes para no caer en exageraciones. Google ofrece sus servicios de manera gratuita, este blog no me cuesta ni un centavo gracias a la gran G y YouTube lo hemos utilizado todos. Ante este hecho, es evidente que uno debe ajustarse a las políticas de uso de la empresa, y como tal a veces tolerar ciertos cambios sin previo aviso. Uno firma el contrato al pulsar "He leído y Acepto".
Sin embargo me parece grave que Google recurra a algo tan bajo como crear perfiles falsos. Sea como sea, si no fui yo quién creó un perfil en una red social y de la nada aparece un perfil con mi nombre y mi correo electrónico, éste es falso por donde quiera que se vea. Cuando empecé en YouTube, el servicio no era ni de Google, y ahora resulta que para conservar esa cuenta también tengo que tener forzosamente otra cuenta en una red social que no me interesa en lo absoluto. Lo grave aquí, insisto, es que Google, antes de eliminar perfiles de Youtube o advertir el cambio en las políticas con un aviso claro, haya decidido crear perfiles en G+ primero sin autorización de los usuarios.
Esto infla los números de la red social. Se presenta como un incremento sustancial en el número de gente "usandola", cuando en realidad, las cuentas fueron creadas sin intención por la gran mayoría de los usuarios y la supuesta actividad es en realidad actividad del usuario en YouTube.
En otras palabras, suponiendo que posees un cine, y mientras la gente está viendo una película, tu vas y cambias todo el entorno y transformas el cine en un restaurante. No sólo eso, vendes el restaurante con la idea de que "la gente está frecuentandolo en gran medida", cuando en realidad la gente llegó ahí por otra razón.
Este tipo de cosas nos ayudan a entender porqué el Internet no es tan monetizable aún y porqué empresas como Facebook no se desempeñan tan bien en las bolsas de valores. En mi punto de vista, limitado y poco objetivo, creo que los gigantes de Internet tienen que ser mucho más respetuosos con los servicios que ofrecen y valorar más a los clientes de los servicios que ofrecen, de lo contrario esta inestabilidad entre lo que se ofrece hoy y lo que se tendrá mañana provoca que pocos tengan la confianza de invertir y que pocos usuarios qquieran pagar.
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