sábado, 6 de octubre de 2012

Speechless, el viaje de un hombre en un mundo 3D

Cualquiera que viva en Tamaulipas ha escuchado hablar del Festival Internacional Tamaulipas, una iniciativa que comenzó en el gobierno de Tomás Yarrington, de las más aplaudidas, para hacer el esfuerzo de traer al estado distintas manifestaciones culturales, a precios accesibles y populares, durante una semana y media en todos los municipios del estado.

El festival está debidamente publicitado por el gobierno del estado. Todos los municipios participan y muchos municipios han hecho el esfuerzo y la inversión de tener sus propios recintos culturales, ya sea explanadas o casas del arte. Eugenio Hernández continuó con la buena idea de Yarrington puliendola aún más, dándole un lugar importante en las prioridades de educación y cultura del gobierno de Tamaulipas, realizandolo sin falta año con año para que la gente lo espere y se motive a participar y asistir a los buenos eventos.

Aunque en Tamaulipas tengamos muchísimos problemas de inseguridad, el Festival sigue en marcha y no solo eso, Egidio Torre ha colaborado también para que en su administración el FIT no se quede atrás. La calidad de los artistas que se presentan es para resaltar, a lo largo de los años se ha procurado que vengan al FIT los mejores exponentes del mundo en distintas bellas artes, al mismo tiempo que permiten que los exponentes locales de cultura como músicos, cantantes, pintores, fotógrafos, dibujantes, escultores, entre otros artistas aficionados o semiprofesionales, expongan sus creaciones al público y tengan un espacio para mostrar su trabajo.

Este año le tocó a Reynosa recibir dos eventos de categoría mundial. El primero fue El Ballet del Bolshoi de Bielorrusia, espectáculo que muchas mujeres disfrutaron, el dia siguiente, se presentó nada menos que Hanoch Rosenn, el mimo Israelí considerado a nivel mundial el príncipe de la Pantomima, uno de los últimos exponentes del espectáculo mudo, creador de un show llamado Speechless, el viaje de un hombre por un mundo 3D. Espectáculo donde el mimo involucra videos, música, efectos de sonido, e incluso la participación de voluntarios del público.

Es show merece totalmente la pena. Rosenn es un profesional del espectáculo, sabe mover al público sin decir una sola palabra. A lo largo de su presentación, realmente nos lleva por el mundo del hombre moderno del Siglo XXI, de las situaciones a las que se enfrenta, haciendolo de forma divertida, simpática y dinámica. Contando con la participación de algunas personas del público que pasaron al frente y amenizaron todavía más el espectáculo en el cual Rosenn nos lleva desde la nostalgia a la seriedad, aunque con gran parte de diversión y risas. A eso se le suma la dinámica y la espectacularidad de ser un show totalmente en vivo, con una dosis natural de improvisación que Hanoch Rosenn sabe poner a favor de la diversión.

Y todo por un módico precio de 150 pesos. Una ganga para ver un show de calidad mundial, con un artista que se comportó de forma muy profesional y que encima se bajó del escenario a tomarse fotos y recuerdos con los asistentes. Y me llamó la atención también el buen comportamiento del público. Me queda claro que la educación no es cuestión de "estatus social", si uno asiste a ver un espectáculo cultural, la gente se comporta. Si vas a ver una basura comercial como "Crepúsculo" es normal que te encuentres adolescentes insoportables haciendo un ruidazo en el cine.

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