miércoles, 18 de diciembre de 2013

La soberbia del aficionado

Creo que más de uno disfrutó a placer el resultado del domingo, no sólo porque perdió el América, sino porque perdió por 4 goles, y por mucho que los comentaristas de Televisa insistan que el dominio fue "parejo" (menos mal, de haber dominado el León meten 15), el resultado fue muy contundente y nadie puede dudar de que el León fue mucha pieza.

Y en las redes sociales empezaron los ataques contra todos los americanistas declarados, y éstos defendiendose diciendo que el subcampeonato "es un logro y sus equipos ni a eso llegaron", ¿y hace 6 meses no era un logro del Cruz Azul ser subcampeón? ¿no se burlaban de ellos por conformarse con eso?
En una de las muchas discusiones absurdas de Facebook en la que atacabamos a unos cuantos americanistas (hay que reconocerlo, esos 2 si estaban dando la cara y no como muchos que "desaparecieron" del mundo virtual) alguien sentenció de manera muy acertada: el problema no es con el equipo, sino con sus aficionados porque nadie los aguanta.

Y esa frase resume una verdad muy importante. Sin decir que sea un problema endémico de los americanistas (es muy fácil señalar a un grupo y decir que "nosotros" no somos así), si es un fenómeno que se está volviendo muy molesto en el futbol gracias a las redes sociales: el aficionado soberbio y fastidioso. Cuando "su equipo" está teniendo buenos resultados, no lo toleras. Te critica como si tu fueras responsable de los fracasos deportivos, cuando es obvio que ni él ni tu tienen nada que ver con los resultados de un equipo profesional. No americanista, tu no eres "parte" de nada y no porque "sientes la camiseta" el equipo gana. ¿O no la sentían cuando el equipo estaba sumergido en el fondo de la tabla, tal como Chivas y Pumas actualmente?, y no te atrevas a decirles nada porque hasta quieren amenazarte con agresiones físicas... 

Es muy fastidioso enfrentarse a este tipo de "apasionados", que muchas ocasiones ni siquiera entienden el juego. Como dije, no es odiar al equipo en cuestión, del América me caen mal Miguel Herrera y Rubens Sambueza, pero los he detestado desde siempre por patanes y ardillas, no porque jueguen ahí. Reconozco a tipos como Layún (quién debería escribir un libro de cómo callar bocas) o Muñoz, y no me causa un problema ver un partido del América y divertirme con él. Como tampoco me molesta ver a Tigres, al Monterrey, al Barça, o el Real Madrid. El problema es con sus "radicales". Que los de tigres se autonombren incomparables es para reir, siendo que la nómina más poderosa del futbol mexicano se conforma con el octavo lugar de la clasificación (de torneos internacionales ya ni hablamos), o que algunos se tomen la disputa Barça vs Real Madrid como si fueran más catalanes que Josep Guardiola cuando ni siquiera ubican a España en un mapa, es también para reirse. Y no son los únicos, somos así, más bien.

En este hexagonal quedó más que claro. No escuché a ningún jugador de la selección decir que iban a golear o que sería sencillo meterse al mundial. Cuando la afición escuchó eso (que podía tener un motivo real), muchos reaccionaron furiosos tachando al futbolista de mediocre, conformista y flojo. Cuando los resultados no llegaron, resulta que el futbolista es huevón, engreido, presumido, no juega con el corazón, "perdieron" por soberbios y por creerse superiores al rival. ¿Los estabamos describiendo a ellos o a  nosotros?

Y si bien este tema puede parecer algo sin importancia, realmente esta conducta soberbia conlleva a problemas más serios en el mundo real, por así decirlo. Lo podemos ver en Argentina, donde las barras son más importantes que los clubes, y gracias a esto algunos pretenden justificar la violencia entre supuestos aficionados, ¿porque catalogar a todos los aficionados argentinos como tarados que se matan a golpes cuando son unos pocos los delincuentes?. Se juntan un grupo de locos listos para agarrarse a golpes con otros con la justificación del futbol de por medio, una "pasión" que no tiene nada de real. O lo hemos visto con barras como "la rebel", que se cantan a si mismos o contra las autoridades, el equipo no es más que una justificación para reunirse y hacer desmadre, y mención honorífica reciben las barras del América, que se pelean entre ellos.

No digo que el aficionado a un equipo sea malo ni mucho menos. Me refiero a que es importante dejar la soberbia de lado a la hora de disfrutar el futbol, ser aficionado a unos colores no te hace superior a nadie y no te da justificación para atacar a otros más allá de una simple broma. Permitir que estos personajes se apoderen del futbol es dejarlos que nos quiten una diversión sana y entretenida y lo conviertan en algo de pandilleros. Creo que ya tenemos suficiente violencia en este país.

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