Call of Duty es una saga de disparos que ya tiene sus añitos. Aunque algunos no lo sepan, el primero salió par Xbox y Play Station 2, las primeras 3 entregas de la saga se enfocan en diferentes pasajes de la segunda Guerra mundial. Activision fue la primer desarrolladora en tocar temas sensibles en sus juegos, y uno de ellos es la posibilidad de un conflicto armado en el futuro que alcance las proporciones de la tercera guerra mundial. Activision dejó atrás la eterna temática de la Segunda Gran guerra (que también abordan otras sagas como Medal of Honor) y desarrollaron un FPS con una trama ficticia (pero muy probable) de una guerra mundial donde el terrorismo es factor importante como detonante del conflicto.
Por eso Modern Warfare fue un exitazo. La trama es simplemente estupenda. Es una historia sólida, con villanos temibles y con héroes con métodos radicales. Modern Warfare 2 fue también un éxito rotundo continuando con la trama años después y personajes similares aunque bien diferenciados (Salvo Soap McTavish y el Capitán Price). Aunque la clave del éxito de los Modern Warfare fue Infinity Ward. Esta desarrolladora le trajo muchas alegrías a Activision, porque World At War (COD 5) no fue ni medianamente el éxito de alguno de los MW.
Black Ops tampoco es la gran cosa. Sus gráficos son algo pobres, no tiene la misma sensación de realidad que proyectan los juegos de Infinity Ward y la experiencia multijugador está lejísimos. La variedad de armas es pobre y aunque la trama es muy buena, se queda corta en gráficos y experiencia en general, la IA de los enemigos es muy baja en comparación con Modern Warfare.
El problema para Activision es que Infinity Ward ha perdido a Vince Zampella y Jason West, por lo que necesitan quien los ayude a terminar el Modern Warfare 3 que debería estar disponible para Noviembre. Quizá Activision termine lanzando un Modern Warfare 3 que se parezca más a BlackOps que a sus sucesores, algo que de verdad sería terrible.
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