sábado, 6 de noviembre de 2010

El cinismo en su máxima expresión

En la Federación Mexicana de futbol las cosas jamás se hacen de manera honesta ni mucho menos. Para cualquier desición que toman se tardan años, todo se hace bajo un ridículo hermetismo que no sirve de nada, nunca se aclaran los rumores y nunca nadie, bajo ningún motivo, asume las consecuencias de los errores que se cometen.

Sin embargo esta semana se vieron casos francamente vergonzosos de cinismo en el seno de la FMF. Primero Salvador Carmona, que sigue dando sus patadas de ahogado, su ridícula postura sobre aquel dopaje que lo marginó del futbol profesional. Aarón Galindo, que también fue hallado culpable, ya pagó su castigo y volvió a jugar; sin embargo Carmona desde que se supo de su dopaje, se ha dedicado a difamar y embarrar a cuantos ha podido, y cada que reaparece lo único que se escucha de él son acusaciones que ya rayan en lo infantil y en lo absurdo. Carmona jamás ha abogado por su inocencia. Al contrario, piensa que la gente lo va a tratar como a un discapacitado mental o a un niño, alguien incapaz de responder por sus acciones. El tipo hace declaraciones afirmando que "Todos sabían" sobre su dopaje, como si eso le justificara en algo que fue él quien arruinó su carrera por tomar malas desiciones.

Después Decio de María, que supuestamente comunicó su renuncia via Twitter, y resulta que alguien hackeo la cuenta de la FMF y publicó eso. Decio es uno de los responsables directos de los múltiples fracasos, pero por supuesto ni de broma renunciaría a un puesto que le ha traído mucho dinero, aún cuando evidentemente el puesto sobrepasa sus capacidades.

Y el colmo del cinismo es Justino Compeán asegurando que nadie debe esperar grandes cambios en la Liga mexicana. ¿Eres tan ciego Justino?, ¿acaso piensas que todo se resolverá mágicamente?, ¿crees que el futbol vivirá eternamente de las televisoras?... parece que Compeán olvida que las propias televisoras también son parte activa del negocio y que si la FMF se mantiene en esa cerrazón, tarde o temprano el negocio se puede hundir. La liga mexicana ya no es un producto atractivo, los campeonatos están muy devaluados y la irregularidad es una constante. Lamentablemente Compeán nisiquiera admite que existe un problema real, lo cual indica que se está lo mas lejos posible de una solución.

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