Jorge Vergara implementa un nuevo sistema de transporte gratuito desde diversos puntos de Guadalajara para llevar aficionados al OMNILIFE. Ésto como medida después de las lastimosas entradas que ha tenido el OMNILIFE, ya que fuera del partido contra Manchester United, nisiquiera la selección pudo llenar el estadio, y el único partido con asistencia fue aquel en el cual los boletos estuvieron baratos. Vergara por fin pone manos a la obra tratando de que la gente asista y que el nuevo estadio no sea un gran fracaso comercial. Por fin el dueño de chivas entendió que tenía que dejar de engañarse a si mismo y dejar de asumir que las personas terminarían por ir al estadio si él no implementaba alguna motivación. Independientemente del éxito de su idea, aplaudo al menos que por fin se quite la venda de los ojos y deje de actuar como si todo estuviera perfecto cuando es obvio que la gente no reaccionó conforme a lo esperado.
Esto me pone a pensar sobre la mentira que es el futbol mexicano. David Faitelson comentaba en su Twitter que el futbol mexicano es un negocio maravilloso, que genera dinero prácticamente sin inversión. Pensandolo bien, eso es una enorme mentira. El futbol mexicano ni siquiera en el aspecto comercial es bueno, también en ese aspecto es muy limitado y el presupuesto es solventado apenas y no con la opulencia que algunos creen.
La prueba es que todo el mundo pone el grito en el cielo por los 5mdd que Tigres pagó por Evertón Cardoso. Esa cifra es bastante pequeña comparada con ligas poderosas, incluso en Argentina o Brasil es normal para los equipos hacer transacciones en ese precio. Sólo en México se rasgan las vestiduras, porque en realidad el negocio no da para eso.
Segundo, los estadios y la infraestructura están limitadísimos. Es cierto que son mejores que en Honduras o Guatemala, quizá mejores que en Argentina. Pero sólo los de algunos equipos, como América, Chivas, Santos o Cruz Azul. Hay en México muchos estadios en estado lamentable, completamente descuidados.
Tercero, la infraestructura de los equipos es muy pequeña. Atlas e incluso Monterrey no son dueños de su estadio. Algunos equipos dependen del gobierno del estado, una práctica muy negativa, ya que ese dinero que el estado aporta al equipo jamás se esclarece.
En realidad los únicos equipos poderosos son aquellos que pertenecen a compañias poderosas. Santos de Grupo Modelo, los hermanitos de Televisa, los hermanitos de Azteca, Chivas-OMNILIFE, Cemento Cruz Azul y Tigres de Cemex. De todos estos equipos, el presupuesto viene de la empresa que es autosuficiente.
Los equipos que no pertenecen a una empresa no tienen dinero. La razón es que el equipo como tal es incapaz de generarlo, por eso ni Atlas, ni Pumas, ni Estudiantes, ni Atlante pueden hacer contrataciones al nivel que los otros equipos, y como tal, deben tapizar su uniforme de publicidad y aceptar malos contratos con televisión para solventar gastos.
La única fuente de presupuesto en el futbol mexicano es la televisión, que para colmo, también es parte del negocio como parte activa. Para muchos, la televisión tendría que dejar de controlar el futbol nacional. Pero, y si la TV se retira, ¿de que vivirían los equipos?, si lo que reciben como derechos de transmisión es el único capital importante, ya que ni taquilla, ni marketing, ni mercancía oficial, ni nada.
En el futbol nacional urge una reestructuración y ahí es donde sorprende la forma en la que Justino Compeán y Decio de María se han sostenido en sus puestos. Algunos aseguran que se mantienen gracias a un éxito comercial, yo no lo llamaría éxito. Un futbol que no lleva gente al estadio, que no tiene marketing, que no vende mercancía oficial, que no participa en campañas sociales, sin escuelas de futbol, muchos equipos sin sistema de fuerzas básicas, sin escuela de entrenadores e incapaz de negociar por falta de capacitación no es mi idea de un negocio exitoso en ninguna forma.
Espero que el lunes se anuncien cambios importantes y que los dueños despierten, su mina de oro no lo es, pero bien pueden hacer algo para que el futbol nacional sea un negocio exitoso que pueda mantenerse solo. Incluso a Televisa y TV Azteca, como partes de él, les convendría que las cosas cambiaran para bien.
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